La vida se escapa aceleradamente
y, a cierta edad, lo notas más si cabe. No es un pensamiento pesimista ni derrotista, todo lo contrario, es una manera positiva de no perder precisamente
ese tiempo del que se alimenta la vida.
En mi segunda visita a este
maravilloso país de naturaleza tan radiante, Brasil, de nuevo, he tenido la
fortuna de toparme con la misma especie de colibrí. No me importa, viajo para
ver nuevas especies pero, no desdeño la gracia de las más comunes que, como el colibrí
de frente violeta, tan accesible, es el único que me ha permitido fotografiarlo
tras posar lo suficiente. Siento perder el tiempo cuando no doy pie con bola
persiguiendo infructuosamente a estas diminutas criaturas que no paran ni un
momento quietas delante del visor de la cámara. Así que, para no perder
detalle, opté por disfrutar directamente de su maravilloso vuelo y sus
fulgurantes cambios de dirección mientras zumbaban como abejorros entre las
flores. No puedo ocultar mi abstracción ante estos seres tan portentosos.
El beija-flor de fronte violeta Thalurania
glaucopis es un ave apodiforme de la familia Trochilidae. Los machos lucen
un verde brillante generalizado con la parte superior de la cabeza y frente de
un destacado tono violáceo. En la hembra, el verde se extiende solamente por la
parte dorsal incluida la corona, siendo la parte interior de color blancuzco.
El tamaño del macho es de unos 11 cm; 8´5 cm en la hembra. Su pico mide 1´8 cm y
la lengua 4 cm con la que acceden fácilmente al néctar de las flores de las que
se alimentan perforándolas si es preciso; consumen también pequeños insectos.
Se le puede ver en zonas degradadas
de parques y jardines y en selvas secundarias, aunque su hábitat natural
es la selva húmeda semitropical y tropical.
El día nuboso con llovizna suave,
no era el más propicio para fotografiar por la falta de luz. Sin embargo, allí
revoloteaba este colibrí entre rojas flores de Malvaviscus arboreus culminando sus recorridos en su posadero, una
rama seca desde donde arreglaba su plumaje humedecido por la fina lluvia. Sus
rémiges quedaban por debajo de sus rectrices, una postura característica del
ave.
Paseando por pequeñas poblaciones
como Maringá y Maromba en la región de bisconde de Mauá en Rio de Janeiro pude
observar varias especies de este minúsculo volador, aunque no tuve la fortuna de
fotografiarlos.
En los picos de su máxima
actividad este pajarillo se muestra muy agresivo.
Hembra de beija-flor de fronte violeta Thalurania glaucopis
Beija flor preto Florisuga fusca.
Los bebederos para atraer
colibríes son muy utilizados, a la gente les encanta la visita de estos pájaros.
El néctar artificial se prepara con una parte de azúcar y tres de agua, según
la cantidad que se precise. La limpieza del bebedero es fundamental.