Se recolectan los amentos o conos poniéndolos a secar a no mas de 50º. De los conos secos se aíslan las pequeñas glándulas amarillas que los cubren, cribándolos. Estas contienen lupulino, un polvo de olor aromático y de sabor amargo.
El lúpulo Humulus lupulus de la familia de las cannabáceas se distribuye por
casi toda Europa, Asia del Norte y Norteamérica.
En Calmarza, mi pueblo, es abundante y crece entre la maleza por la ribera del río Mesa y su huerta,
sorteando verjas, trepando árboles y expandiéndose sobre todo espacio altivo
que le proporcione ese trampolín para atrapar los rayos del sol tan peleados
en el cerrado sotobosque. Aunque es trepadora no posee zarcillos ni ningún otro
apéndice para tal propósito. Esta planta voluble se aferra al soporte mediante
rígidos tricomas; unos minúsculos garfios distribuidos a lo largo del tallo de
los 200 o 600 cm de altura alcanzables por dicha planta. El lúpulo es una
planta vivaz, parecida a la vid, cuyo tallo trepador se encorva siempre en el
sentido de las agujas del reloj.
Los brotes jóvenes pueden comerse
en ensalada. Las plantas masculinas tienen flores con anteras dispuestas en
ramilletes, mientras que las flores de las femeninas están provistas de pistilo
y dispuestas en cortos racimos que se transforman en conos.
En la base de sus bractéolas hay
unas glándulas que contienen lupulino, que es el ingrediente que aportará a
la cerveza su sabor amargo y los aromas
propios. Se recolecta de Julio a Septiembre. En medicina se utiliza como:
diurético, hipnótico, sedante, analgésico, astringente, digestivo, tónico
amargo, antiséptico.
En esta época cuando los conos de algunas plantas alternan su vistoso verde con el de la maduración de los mismos, tornando al
ocre, se puede disfrutar de su intensidad de formas, pensando
paralelamente en la cerveza que aguarda fresca en casa para recordar,
precisamente, estos momentos en compañía de tan especial e importante
vegetal.
Conos ocráceos en su fase terminal de una planta de lúpulo enredada en un joven nogal.