Mostrando entradas con la etiqueta Lúgano Carduelis spinus.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lúgano Carduelis spinus.. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de febrero de 2016

LÚGANOS (Carduelis spinus)



Las huertas baldías se entremezclan con las productivas desordenadamente. Todavía quedan restos de las últimas cosechas recogidas y sin recoger; alcachofas y navideños cardos. También hay tablas labradas y atemperadas listas para cultivar.
Unos lúganos Carduelis spinus llaman mi atención al pulular discretamente por el ribazo del hortal. Poco a poco van invadiendo las ramas de una desnuda higuera y los sigo con mis prismaticos atentamente, temo que si los bajo para cambiarlos por la cámara de fotos éstos puedan ahuyentarse. Satisfecho de observar a los invernantes lúganos, tiento a la suerte y monto la cámara de fotos con el teleobjetivo. Curiosamente, los verdosos pajarillos me lo consienten. Agradecido, les prometo que intentaré sacarlos lo mejor que sepa y, no me puedo quejar con el resultado; ellos tampoco.
Bromas aparte, sabiendo que estos jilgueros verdes de alimentan de diminutas semillas extraídas de todo tipo de cardos con su punzante pico, semillas de píceas, amentos de  abedules y de alisos y otras semillas de hierbas, me sorprendo viéndolos desmontar los higos cerrados y, abiertos durante el verano por otros pájaros, separando y desechando la pulpa seca para consumir los minúsculos granos aprisionados en los momificados higos. Concienzudamente van trabajando los frutos con una habilidad sorprendente, extrayendo todas las semillas accesibles.

Hembra de lúgano (jovenes algo mas parduscos)

Macho de lúgano

Aunque hay un pequeño contingente de cría en España, se reproducen en bosques de coníferas del Pirineo, País Vasco, y zonas de Guadarrama, serranía de Cuenca y sierra de Cazorla de forma escasa pero regular. Cría principalmente en el centro y norte de Europa y visita el sur y oeste en invierno ante la escasez de alimentos. Dependiendo de la dureza de los inviernos llegan más o menos ejemplares a la península, provenientes del resto de Europa.

Hace años que, por fortuna, se erradicó la mala costumbre de vender fringílidos trampeados a las entradas de los supermercados. Recuerdo que compraba regateando precios los ejemplares más débiles. Tenía una enorme jaula en la galería de casa muy bien ambientada para recuperar a los pajarillos que traía. Uno de ellos fue un lúgano, al que tenía que comprar unas semillas especiales “negrillo” que devoraba con gran habilidad. Por fortuna se recuperó pronto, ya que esas semillas eran carísimas y hubieran supuesto la ruina de mi limitada economía.

Mereció la pena…