sábado, 2 de enero de 2016

El niño del cernícalo



Han pasado bastantes años desde aquel día, y a pesar del tiempo transcurrido, el recuerdo, muy presente, arranca en mí todavía una sonrisa de esperanza.
Había terminado un trabajo y me acerqué al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca en Zaragoza para ver a un conocido. En aquel momento, un vehículo se detuvo frente a la entrada del centro y se apearon dos personas; supuse que serían padre e hijo. Mientras el padre sacaba del maletero una caja, el niño aguardaba impaciente que concluyese la operación. Le pidió la caja tirando de su chaqueta a medida que avanzaban hacia nosotros. Esperábamos con curiosidad. La criatura alzó sus brazos ofreciendo la perforada caja a José Manuel, que abrió ligeramente para comprobar su contenido. Es un cernícalo, contestó. Les miró fugazmente retornando su mirada a la rapaz y presionó sus labios entre sí, asumiendo en silencio el desgraciado destino del cernícalo. Veremos lo que se puede hacer, añadió José Manuel dirigiéndose a rellenar el formulario de ingreso.

Joven del año de cernícalo vulgar Falco tinnunculus  

La rapaz había sufrido el impacto de un coche y estaba reventada. La lesión sangrante asomaba entre sus mandíbulas constatando la gravedad. 
No puedo olvidar el gesto del chaval justo en el momento de entregar al ave acomodada en la caja. La inocente sonrisa y el brillo de sus ojos lo iluminaban todo. Como el atleta que alcanza su meta, triunfante, así entendí su sensación del deber cumplido. Sé, que para aquel esperanzado niño el malogrado cernícalo estaba salvado una vez lo entregó en el centro. Sabía, confiado, que se ocuparían de él.
La rapaz murió por las graves lesiones, pero no así en el corazón del ilusionado chaval, esperanzado, que se lo llevó en la memoria de vuelta junto a su padre camino del coche.
Así se forja el amor y el respeto por la naturaleza, gracias a la voluntad de luchadores iniciados como el niño del cernícalo. Su padre, sonriente, lo miraba orgulloso. Que estampa.

Una vez más, y como siempre, gracias a todos los voluntarios por vuestro tiempo y empeño.



Uno de los grandes momentos para observar el progreso de las aves perfeccionando su vuelo es seguir a las rapaces salidas del nido en sus prácticas diarias. 
Esta pareja de cuatro hermanos, disfrutaba mucho durante sus vertiginosas persecuciones.