Mostrando entradas con la etiqueta Aves (Passeriformes) córvidos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Aves (Passeriformes) córvidos. Mostrar todas las entradas

viernes, 15 de diciembre de 2017

Urraca (Pica pica) en busca de arañas de pared


No voy a escribir sobre la urraca Pica pica de lo que ya se sabe sobradamente. Es un córvido, y como tal, lleva en sus genes la capacidad de descubrir y optimizar recursos para su supervivencia del modo más inteligente, siempre, afín a su eclecticismo.
 

Sé de su mala fama como expoliadora de huevos y depredadora de pollos de pequeños pájaros y otras tantas fechorías con que se la condena desde la implacable ley dictatorial humana. Sin embargo, me sorprendí muchísimo en un vídeo protagonizado por esta especie mientras aguardaba en una azotea la salida de los murciélagos para atraparlos sobre la abertura del hueco entre los ladrillos de un edificio.


En un paseo por la calle Juan Bravo de Segovia (maravillosa ciudad, sin duda) me llamó la atención este tornasolado córvido zarceando por la parte baja de los balcones de un señorial edificio. Aguantaba bien la presencia de los paseantes de esta calle comercial y la vi muy entregada a su labor, tanto, que apenas me prestaba atención y pude fotografiarla lo mejor posible. Después de mirar atentamente, me di cuenta de que el ave arrancaba los tubos de seda donde se alojaban las típicas arañas de la familia segestriidae; esas arañas que suelen tapizar techos y paredes exteriores bien resguardados de las inclemencias atmosféricas en los edificios urbanos. Extraía con el pico la funda de seda con la araña en su interior y la engullía entera. Así estuvo durante un buen rato dada la poca biomasa de los arácnidos para rentabilizar las capturas.

Pinzando una tela de araña con su hospedador dentro.

Engullendo su contenido. 

En este caso, parece haber arrancado con la tela de araña un trozo de yeso de algún recoveco. 

 Pero, separa ambas partes sin dificultad.

En la faz del córvido se aprecia el polvillo al picotear las fisuras e ingerir las sedas manchadas. 



domingo, 25 de diciembre de 2016

Rabilargos (Cyanopica cyanus) salteadores implacables


En los córvidos encontramos una interesante amalgama de cualidades que definen perfectamente su capacidad extraordinaria para sobrevivir en ambientes hostiles.
Son aves inquietas con un perfil gregario e inteligente capaces de adaptarse a los hábitats más adversos, como demuestra la distribución cosmopolita de unas 120 especies existentes. En la península Ibérica crían nueve especies de córvidos y, el cascanueces Nucifraga caryocatactes, es un visitante ocasional de invierno. 
El rabilargo Cyanopica cyanus es el menor de la familia y, como el arrendajo, se encarga de alertar a todas las criaturas del lugar con vigorosos graznidos cuando el hombre o algún predador invade sus dominios.
 




Estuve viendo las avanzadillas de estos exploradores en su territorio, tan calcadas, que parecía como si descubrieran un lugar nuevo cada día al transitar entre las ramas con exquisita prudencia. Es precisamente, la desconfianza de estos pequeños córvidos, la que les obliga a tomar constantemente unas precauciones extremas. Hay muchos enemigos y lo saben, por ello, nada mejor que un comando bien aleccionado contra las emboscadas. El azor y el gavilán acechan constantemente entre las copas del arbolado, muy atentos a cuanto ocurre en su zona de acción.


Me había entretenido en poner comida para los gorriones colocándola en el borde de un macetero de piedra, con la idea también, de atraer a otras especies. Los rabilargos no se habían atrevido a acercarse y pululaban desconfiados en un radio algo apartado del comedero. Por las mañanas se atareaban comiendo las bayas rojizas de un arbusto sin aventurarse a más.
En la siguiente ronda, comprobé que los gorriones prendían los trozos de pan transportables para devorarlos en lugares más protegidos. Pero, como pude observar, además, eran pirateados por los rabilargos una vez abandonaban el comedero adentrándose en la maraña arbustiva. Los rabilargos, como buenos oportunistas los abordaban cómodamente para despojarlos del alimento. El siguiente paso de los córvidos fue acudir directamente al comedero y atiborrarse de pan y galletas con el mayor desparpajo, considerando que el lugar ya contaba con su aprobación.  
                                                                          
Gorriones Passer domesticus arrinconados y relegados por los rabilargos al alpiste después de haber perdido las opciones por los bocados mayores.

                                        
¿Por qué son tan bellos estos córvidos? La combinación de sus colores nos lo puede descifrar. Fijándonos en el negro capirote, tan llamativo, contrasta con la blanca garganta y el color arena del dorso que, precisamente, hacen de esta paleta tricolor su punto más fanérico. Si añadimos el color arena más fuerte en el dorso y más suave en la zona ventral, acompañado del azul celeste de alas y cola, apreciamos un destacado equilibrio entre temperaturas cromáticas del frío azul y el cálido arenoso.  
No es de extrañar pues, que los rabilargos por la suave composición de sus tonalidades resulte más tierno a los ojos de mucha gente que la estridente librea gótica de la urraca Pica pica.

“La conducta del rabilargo ibérico durante la reproducción, en especial al cebar a los pollos o defenderlos, presenta caracteres comunitarios que los ornitólogos han podido observar a menudo. Se ha comprobado que los pollos de un nido eran alimentados por lo menos por cuatro rabilargos distintos entre los que estaban, por supuesto, los padres”.
 
Los rabilargos asiáticos Cyanopica cyanus proporcionan comida (como se aprecia en la foto) de manera espontánea a sus congéneres sin que estos se la pidan; algo exclusivo entre los córvidos. Así lo afirma un grupo de investigación de la Universidad de Viena (Austria).

“Durante mucho tiempo se ha pensado que la prosociabilidad proactiva –comportamientos que favorecen a otros individuos o grupos sin buscar recompensas materiales– era propia de humanos”, explica Lisa Horn, autora principal del estudio publicado en Biology Letters".

Ocupa el cuadrante suroccidental de la Península.
Su altitud tope son los 1100 m en la sierra de Gredos y Sierra Nevada (San Segundo 1990 y Pleguezuelos 1992).
 
"La distribución del rabilargo está presente en China, Japón, Corea del Norte, Corea del Sur, Mongolia, Rusia, España y Portugal. Ha sido introducida en Hong Kong. Esta dispersión geográfica se debe a que durante la glaciación los rabilargos emigraron hacia el sur de Eurasia: algunos hacia el Oeste y otros hacia el Este. La separación de los dos grupos de población tuvo lugar hace 1 o 2 millones de años".

 
"Otra teoría apuntaba a que habían sido introducidos en la península en el S.XVI por marineros portugueses procedentes de Asia, pero un análisis del ADN de las poblaciones asiática y peninsular ha demostrado que son genéticamente diferentes y, por tanto, la población presente en la Península Ibérica no puede haber sido introducida recientemente. Esto, además, se refuta con el hallazgo de un fósil de rabilargo en una cueva de Gibraltar.
Por tanto, se siguen nombrando como subespecies distintas, siendoCyanopica cyanus cooki las poblaciones ibéricas y Cyanopica cyanus japanica las poblaciones asiáticas".








Más sobre los rabilargos:







domingo, 14 de septiembre de 2014

No es fácil ser búho real (parte 2)

Búho real acosado por una pareja de cernícalos.

El cambio de planes es lo que tiene; sorpresas inolvidables que se archivan en la memoria de por vida. No fui a anillar aquel sábado pero, mereció la pena.

ETERNO PERSEGUIDO

5 de julio de 2014 Valle del río Huerva (Zaragoza)

Decidí entonces, echar un vistazo a los jóvenes buitres leonados Gyps fulvus para saber de ellos en su pequeña barranca caliza. Sin saberlo, la cosa se presentaba muy amena.
En las salidas al campo, ocasionalmente, acertamos a pasar delante del escondite de algún búho real Bubo bubo. Normalmente, suele tratarse de ejemplares jóvenes que se ocultan en lugares bastante dispares, siempre cerca del perímetro de nidificación al desconocer el resto del territorio. Están en proceso de aprendizaje; tanto de vuelo, caza y memorización del espacio habitado. 

Me molesta el hecho de ahuyentar a cualquier joven volantón de búho real, más que nada, por romper su confortable descanso. Cuando esto ocurre, una nube de enojados vecinos va tras él hostigándolo sin compasión, vamos, con la misma que tendrá él en un futuro durante sus vuelos nocturnos de caza. Pero, el tiempo es corto y los días pasan rápidos. Los jóvenes tienen que aprender  lo antes posible a conocer a sus enemigos antes de abandonar la seguridad del territorio paterno. Entonces, todo queda al azar. Si un búho levanta el vuelo aprenderá durante su trayecto las costumbres belicosas de otras especies actuando contra él y, todo ello, le servirá para curtirse en nuevas experiencias. La vida del gran búho en su etapa juvenil es durísima. Recordemos que los jóvenes están acostumbrados al apoyo de sus progenitores gozando de una estancia fácil dentro del territorio familiar. 

Al final de agosto, tendrán que marcharse obligados por los padres cuando comiencen los preparativos de una nueva etapa fenológica. Entonces, comienza el período mas difícil para ellos. Es clave y definitivo, tan duro como los primeros días de vida. Han de cruzar multitud de territorios, muchas veces ocupados, y ser expulsados ya no por hostigadores, sino por otros congéneres establecidos como dueños de los feudos que atraviesen. Algunos, si topan con el águila real y no saben enfrentarse con éxito a sus ataques, morirán presa de ellas; víctimas de su inmisericordia. Pasarán días de penuria errática antes de encontrar un territorio propio y, después de hallarlo, tendrán que comprobar su idoneidad para comenzar una nueva vida. Por supuesto, además, habrán de memorizarlo pronto para solventar futuros problemas escapando con éxito de sus enemigos, teniendo la garantía de acudir inmediatamente a uno de sus posaderos más seguros.

Cuando un adulto de búho real es ahuyentado y perseguido, acierta sin titubear con su refugio mas próximo, programado gracias a su perfecto conocimiento del terreno. Sus perseguidores nada pueden hacer cuando la rapaz está a buen recaudo.              
 

Chovas piquirrojas Pyrhrocorax pyrrhocorax increpando el paso del búho real

Seguramente, todo comenzó debido a mi intrusión en el monte. Pude alertar a algún grupo de cabras montesas Capra pyrenaica hispanica que, a su vez, levantaron de su escondite al joven búho real. Entonces, en la penitencia de la inexperta rapaz, se fue gestando  con  nuevos conocimientos la belicosa conducta del vecindario.

Dos machos de cernícalo vulgar Falco tinnunculus acuchillan con vuelos fugaces y contundentes a la joven hembra de búho real. Casualmente, acierta a pasar sobre una hembra de cabra montés que, seguramente alertada por el silbido de sus congéneres, parece esperar a la rapaz nocturna. 

No pierde de vista la cabra el inminente peligro, ignorando la inocencia actual del ave.

Incluso saltando ligeramente, trata de frenar su avance. El búho asustado, tratando de hallar ese lugar de resguardo pasa por alto la atención de la cabra.

Observad en la parte baja del extremo izquierdo de la fotografía como la cabra va tras el búho real.

Busca un punto elevado para comprobar la situación.
 
Atenta la rapaz a la llegada de la cabra salvaje, no advierte la enganchada del cernícalo que la ataca por detrás con inquina.

Frente a frente, sin intermediar sonido alguno, ambas esperan el movimiento del contrario.

La hembra de cabra tiene un recental y, bastante prisa, por lo tanto, inicia el desalojo a pesar de la estrategia del búho para aparentar mayor tamaño.
 
Las cabras son irascibles y no dudan en embestir a cualquier ser que constituya un peligro para su cría. Las cabras domésticas al cuidado de sus recentales, acometen con firmeza incluso contra los perros.

No hace falta gastar más energía cuando el búho real está dispuesto a complacer las intenciones del enojado bóvido.

La ruta continúa en compañía de los dos persistentes cernícalos que escoltaran al gran búho hasta un lugar que consideren seguro. La cabra comprueba como se aleja.
 



Desde la misma piedra utilizada por la estrigiforme, la cabra, con el deber cumplido, trata de localizar a su recental que, a buen recaudo, permanece protegido por una nodriza.

Como no podía ser de otro modo, allí está su grupo y su recental pendientes de mi presencia y a salvo de un inexperto búho real.

Las cabras suelen utilizar los lugares mas propicios para descansar coincidiendo con los de cría del búho real. La fortaleza del mamífero hace que el dominio se decante a su favor.
 
Después de un intenso forrajeo las cabras buscan lugares cómodos y sombreados para reposar tranquilamente, como ocurre en el ejemplo de esta repisa de nidificación del búho real. Al fondo, a la derecha de la pequeña Ephedra, está el punto donde anida la rapaz. Todo el terreno está muy pisoteado por las cabras.
 
En esta imagen, aparece el cuenco excavado por la hembra de búho real para una próxima cría. Se pueden apreciar multitud de excrementos de cabra montés sobre la tierra. La rapaz no llegó a nidificar por las continuadas molestias de los cápridos.

ENTRADAS ANTERIOR Y POSTERIOR:

No es fácil ser búho real (parte 1)

No es fácil ser búho real (parte 3 y última)




lunes, 1 de septiembre de 2014

Pareja de ley


Sobre el río Ebro, en el zaragozano Puente de Piedra, dos grajillas Corvus monedula se alimentan de unos trozos de pan que la gente diariamente arroja a los patos. Una de ellas pierde su ración; sin inconveniente alguno, su consorte comparte lo que queda.


"En ninguna otra especie, ni siquiera en las palomas, ni en los inseparables periquitos, alcanza el amor conyugal formas de expresión tan patentes y emotivas como en las grajillas. Y, lo que es más bello: estas manifestaciones de cariño no disminuyen, sino que aumentan con los años de “matrimonio”."
 Konrad Lorenz,  Premio Nobel de Medicina 1973