 “La  población de esta especie, considerada 'invasora', sigue creciendo sin  control en los parques y jardines de las ciudades españolas. La Sociedad  Española de Ornitología asegura que es una amenaza para las aves  autóctonas, transmite enfermedades y es una fuente de molestias y  suciedad”.
“La  población de esta especie, considerada 'invasora', sigue creciendo sin  control en los parques y jardines de las ciudades españolas. La Sociedad  Española de Ornitología asegura que es una amenaza para las aves  autóctonas, transmite enfermedades y es una fuente de molestias y  suciedad”.
(Madridiario,es)

El  hombre ha sido con irracional dedicación un saqueador de la naturaleza  durante siglos enteros, y muchas especies vegetales y animales  representativas del planeta han desaparecido por ello. Todavía en pleno  siglo XXI, esta expoliación indiscriminada sigue siendo el estandarte  común de muchas culturas y negocios lucrativos practicados en muchas  zonas de la tierra.   El ser humano, de forma consciente o inconsciente,  ha propiciado la propagación de las especies vegetales y animales  difundiendo a lo largo y ancho del mundo  actividades como la caza y la  pesca, tenencia de aves decorativas, y animales de presa que exterminen  las especies incómodas para el hombre. En las islas este impacto ha sido  mayor, a causa de los animales importados que han llegado a exterminar o  desbancar a las especies nativas.
 En  la prehistoria, la caza era un peligro necesario para sobrevivir, donde   los cazadores, perdían la vida en la lucha contra sus presas. Pese al  rudimentario material de caza (flechas, hachas, lanzas), se cree que  cazadores de la edad de piedra exterminaron especies enteras de  animales.
En  la prehistoria, la caza era un peligro necesario para sobrevivir, donde   los cazadores, perdían la vida en la lucha contra sus presas. Pese al  rudimentario material de caza (flechas, hachas, lanzas), se cree que  cazadores de la edad de piedra exterminaron especies enteras de  animales.
Los circos romanos, eran abastecidos con enormes cantidades  de animales salvajes para satisfacer y deleitar el morbo infame de su  público cuando las fieras atacaban en lucha a los temerarios  gladiadores. Miles de hombres y animales corrieron la misma suerte.
En  la edad media, la caza mayor era privilegio indiscutible de príncipes y  soberanos. Todas las especies perjudiciales para la caza como el lobo,  pasaron  a la lista de exterminables.
Entre 1930 y 1940 se eliminaron  161.156 ballenas azules entre otras tantas especies refugiadas en la  Antártida. Incluso cuando se utilizaba el arpón manual desde una  inestable barca, el descenso poblacional de mamíferos marinos fue  considerable.
“Ha  podido demostrarse que desde 1600 se han extinguido 611 especies  animales y 396 vegetales (casi todas por la intervención del hombre). La  mayoría en los siglos XVIII y XIX. La conciencia de estas pérdidas y de  lo que significan no llegó hasta el siglo XX”
 Lo  que no arde o se arruina directamente sucumbe a las consecuencias del  paisaje actual civilizado. En Europa, la mayoría de especies en peligro  de extinción no logran sobrevivir a los excesos de abono, los paisajes  monótonos agrarios o la concentración de pesticidas.   En la actualidad,  el exterminio sistemático de los animales salvajes ha concluido y ahora  con algo más de racionalidad, parece haberse creado una conciencia  mayor sobre las moratorias necesarias e imprescindibles para no capturar  especies con poblaciones en estado crítico.
Lo  que no arde o se arruina directamente sucumbe a las consecuencias del  paisaje actual civilizado. En Europa, la mayoría de especies en peligro  de extinción no logran sobrevivir a los excesos de abono, los paisajes  monótonos agrarios o la concentración de pesticidas.   En la actualidad,  el exterminio sistemático de los animales salvajes ha concluido y ahora  con algo más de racionalidad, parece haberse creado una conciencia  mayor sobre las moratorias necesarias e imprescindibles para no capturar  especies con poblaciones en estado crítico. Sus nidos superan los controles de calidad en seguridad más estrictos. “Según  las predicciones de las naciones unidas, en el año 2050 la población  mundial habrá aumentado a unos 8´9 mil millones de seres humanos, que  necesitarán más millones de kilómetros cuadrados para sus campos de  ganado, maíz, trigo y arroz, y para sus plantaciones y para su  expansión, y continuarán mezclando las especies de unas regiones con las  de otras. Y en caso de que la devastación de espacios naturales siga al  ritmo actual, treinta y cuatro mil especies de plantas con flor podrían  desaparecer completamente, según cálculos del experto en plantas de la  IUCN, David R. Given.”
Sus nidos superan los controles de calidad en seguridad más estrictos. “Según  las predicciones de las naciones unidas, en el año 2050 la población  mundial habrá aumentado a unos 8´9 mil millones de seres humanos, que  necesitarán más millones de kilómetros cuadrados para sus campos de  ganado, maíz, trigo y arroz, y para sus plantaciones y para su  expansión, y continuarán mezclando las especies de unas regiones con las  de otras. Y en caso de que la devastación de espacios naturales siga al  ritmo actual, treinta y cuatro mil especies de plantas con flor podrían  desaparecer completamente, según cálculos del experto en plantas de la  IUCN, David R. Given.” La urraca intenta abordar el fortín como resultándole familiar su construcción. La obra de ingeniería de estas aves coloniales, resuelve con buena nota su edificio compartimentado.
La urraca intenta abordar el fortín como resultándole familiar su construcción. La obra de ingeniería de estas aves coloniales, resuelve con buena nota su edificio compartimentado.
A propósito, dentro de mi preocupación particular sobre el efecto negativo de las aves invasoras, sin intención de alarmar a los presentes, he de confesar sin embargo que, el impacto poblacional de cotorras que se hallan esparcidas por toda nuestra geografía nacional me importa un carajo. 
Bastante han padecido la indeseable conducta lucrativa de sus explotadores. No se ha frenado a quién correspondía frenar, y ahora, topamos con las nefastas consecuencias. La cotorra argentina se abre paso batallando y tratando como todo ser vivo de perpetuar su especie; con permiso del hombre, está claro.  
 
 
 
            
        
          
        
          
        
 La  imagen de los almendros en flor es la antesala de la primavera ya  próxima. Creo que, a veces, nuestra primera reacción frente a la  inmaculada blancura de sus ramas escarchadas es la de una prolongada y  sentida inspiración. La mirada, prendada por la cegadora visión del  almendro florido en pleno invierno, nos lleva a soñar. A muchas y  muchos, en el resurgir de la vida protagonizado por los mamíferos, las  aves, los insectos y todo…, todo un mundo de plenitud y  renovación.  Otras y otros, en el romance de la naturaleza por su seducción, su  esplendor, su belleza; porque se vive en lo más profundo del alma y se  guarda celosamente en corazones compartidos.
La  imagen de los almendros en flor es la antesala de la primavera ya  próxima. Creo que, a veces, nuestra primera reacción frente a la  inmaculada blancura de sus ramas escarchadas es la de una prolongada y  sentida inspiración. La mirada, prendada por la cegadora visión del  almendro florido en pleno invierno, nos lleva a soñar. A muchas y  muchos, en el resurgir de la vida protagonizado por los mamíferos, las  aves, los insectos y todo…, todo un mundo de plenitud y  renovación.  Otras y otros, en el romance de la naturaleza por su seducción, su  esplendor, su belleza; porque se vive en lo más profundo del alma y se  guarda celosamente en corazones compartidos.



 Narciso con araña cangrejo dispuesta a sorprender a una próxima víctima.
Narciso con araña cangrejo dispuesta a sorprender a una próxima víctima.
El  narciso (Narcissus assoanus) es una planta de pequeño tamaño que no  supera los 25 centímetros. Es bulbosa y perenne, de hojas estrechas y  lanceoladas con una flor de  amarillo intenso muy perfumada. Crece en  claros de carrascas y pinares, pastizales secos y pedregales de ladera.  En las repisas de los roquedos suelen abundar formaciones espectaculares  de esta planta, que tiñen de amarillo vivo su superficie.
Como la flor del almendro, el narciso, también florece en febrero. Son de las más tempranas. Se les conoce con los nombres vernáculos de farolitos, cazoletas..., también parecen juegos de café de diseño.
Se les conoce con los nombres vernáculos de farolitos, cazoletas..., también parecen juegos de café de diseño.  
Según  la versión mitológica griega, Narciso, hijo del dios río Cephissus y de  la ninfa Leiriope, irradiaba tal belleza que era centro de deseo tanto  de doncellas como de muchachos ávidos de su amor y de su irresistible  hermosura, pero él, les rechazaba sin contemplaciones.   Como castigo a  su vanidad excesiva, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se  enamorara profundamente de su imagen reflejada en el agua. Absorto,  contemplando su figura e incapaz de abandonarla, se arrojó a ella. Allí  donde cayó su cuerpo, germinó una bella flor, haciendo honor a su nombre  y la memoria de Narciso.
 Que simetría tan elegante la  de los pétalos del narciso de la derecha.   A pesar de la mitología, este narciso…no escarmienta.
Que simetría tan elegante la  de los pétalos del narciso de la derecha.   A pesar de la mitología, este narciso…no escarmienta.
Me gusta mirar la humilde pero compleja flor del narciso. Más que una  pretenciosa flor que se mira a si misma, veo una manifestación de  timidez y modestia. Si sus lanceoladas hojas se dispusieran detrás del  tallo, plasmarían esa actitud.
El caso es, que analizando el narcisismo del narciso, encontré un  interesante grupo de cuatro ejemplares en una rinconada abrigada, de los  cuales, uno destacaba por cierto aire coqueto. Con esta visión pareció  borrarse de mi pensamiento esa falsa modestia de la flor, viéndola algo  más pretenciosa gracias a “esos adornos extras" logrados en tres  intercalados pétalos que lucía con desparpajo simulando encajes. 
Está claro que las plantas tienen que evolucionar, captar la atención de  más polinizadores para lograr su reproducción. Está claro que vale  todo. Aunque esto comience siendo un fallo genético o quién sabe qué,  todo va cambiando lentamente.
 
 
 
            
        
          
        
          
        

Si  hay una imagen en mi retina que moldee la escena típica de este pájaro,  esa es la de un soto caducifolio con sus hojas doradas. Resonando entre  ellas mientras el viento las agita, el reclamo estridente, corto y  monótono del inquieto carbonero cuando pulula por sus ramas. La variedad  de sus reclamos durante todo el año, le permite emitir más de cuarenta  sonidos diferentes, principalmente desde enero hasta junio. Puede darnos  la impresión de ser un ave que vive o se alimenta en el ramaje de los  árboles debido a su habitual presencia en ellos, pero no es así. Buscan  cuando el peligro está ausente entre las hojas caídas y ocráceas del  suelo y habitualmente humedecidas por el rocío toda clase de insectos  ocultos entre ellas y la maleza arbustiva. 

Los  experimentos de John Krebs (Miembro del Instituto Edward Grey),  demostraron que es muy probable que los individuos que se alimentan  formando grupos encuentren comida antes que los que se alimentan en  solitario. Sin desdeñar la peligrosidad para éstos últimos que conlleva  atarearse en la búsqueda de alimento y vigilar simultáneamente; labor  compartida en los grupos establecidos de búsqueda y portadores de una  mayor garantía que haciéndolo individualmente. Por el contrario, en el  grupo, la competencia es mayor.
Dentro del grupo aprenden unos de otros un abanico diferente de técnicas  para buscar y alimentarse, entre ellas, la de perforar las tapas de  estaño que años atrás se utilizaban en las botellas de leche que el repartidor dejaba a la entrada de las viviendas inglesas de campo, de las  cuales, picoteaban la nata o bebían lo que podían. Los páridos son aves  de mente muy evolucionada, y aquella costumbre de acceder a la leche se  fue extendiendo de unos a otros por toda Inglaterra. Aprenden a extraer  los frutos de los comederos y dónde están éstos, con la ventaja de ser  por su tamaño, los dueños del lugar ante otros páridos y otros competidores.  Son pájaros con una innata tendencia a investigarlo todo, siempre van  algo más avanzados que los demás.     

Recuerdo  en el cañón del río Mesa, en unos almendros, ver a dos picapinos  disputar la posesión de una buena almendra. Después del forcejeo, el  propietario legítimo del fruto se dirigió a su taller manipulador de  frutos secos, ubicado en un poste de madera que sujetaba los cables  telefónicos. Ya tenía varias ranuras practicadas en la madera, y a dos  palmos bajo la cúspide del tronco insertó el fruto. No tardó en aparecer  el “parásito” de turno, en este caso, una urraca, que había seguido con  atención la dedicada labor de apertura de la cáscara por parte del  trabajador para acceder a su contenido. Ante la presencia del  extorsionador que agachaba la cabeza con insistencia pretendiendo  alcanzar el botín, el picapinos se echó a un lado y permitió al córvido  su infructuosa intención. Sin nada que poder hacer, el blanquinegro  pájaro se fue del lugar. El pico picapinos prosiguiendo con su labor,  abrió con facilidad y escasos golpes certeros la dura cáscara,  alimentándose del suculento fruto tranquilamente. Pero, no sólo las  urracas o algún que otro merodeador suelen estar alerta siguiendo las  evoluciones alimentarias de otras aves para asaltarlos, o sacarles  tajada. En éste caso, el observador era un carbonero común,  “oportunista” y espectador aplicado. Desde un árbol cercano, estuvo el  carbonero aguardando pacientemente a que la historia peculiar de la  almendra terminara. Cuando el picapinos se marchó, el paciente pájaro se  posó en la fisura al lado de la cáscara, y fue picoteando todos los  pequeños fragmentos de almendra que quedaron en la base del hueco y  dentro de la cincelada coraza del fruto protagonista. 
Hay que ver, el  espectáculo que puede llegar a dar una simple almendra.
