sábado, 7 de enero de 2017

La familia de búhos de la zona industrial


En las ocasiones que miro el correo o simplemente el hecho de actualizar las vistas de determinadas páginas, compruebo que prácticamente todas las personas que las visitáis admiráis la grandeza del búho real. Gracias a vuestra presencia, puedo continuar sin miedo a convertir el blog en un espacio monográfico y alternarlo con otras especies para variar, aunque sea ligeramente.
Como ya dejé abierta la idea de relatar el año de esta familia de búhos que crio en un lugar bastante humanizado, os dejo a continuación un resumen de su historia esperando que os deje una buena sensación.

La pareja de búho real Bubo bubo se instaló en este territorio hace un par de años, utilizando un nido algo más despejado que el del año pasado.
Un camino superior transitado por algún vehículo y personas practicantes de senderismo, ciclismo y footing, además de otro inferior menos utilizado, rodean su lugar de nidificación situado en un pequeño talud protegido por arbolado. Y, a menos de cien metros de distancia transcurre una ruidosa autovía y la línea de ferrocarril de mercancías. Todo ello acompañado de un polígono empresarial. Un buen ejemplo de humanización en su territorio.
En vista de las presas aportadas al nido, nada abundantes en la ribera del rio Ebro, los progenitores debían de capturarlas en el monte de secano sobrevolando, naturalmente, la autovía y la ferrovía para acceder al mismo.
Conoceremos a los progenitores y su descendencia, pero sobre todo, lo que ha sido de ella en el espacio territorial paterno. Cuatro vástagos muy bien alimentados por las abundantes presas del territorio de caza y por la habilidad predadora de los adultos que lo regentan.


Macho de búho real posado en tamariz ¿Lo veis…?
 

¿Y ahora…? Bueno, imitando su voz, ya que esta rapaz tan territorial no permite la presencia de ningún otro ejemplar de su misma especie, podemos hacerla salir provocándola ligeramente (sin mala intención, por supuesto).
 
Aquí está. Parece como si hubiera escuchado la voz de otro macho y sale a asegurarse. No continúo más, porque no quiero que todas las aves del lugar se le echen encima. Aquí hay cernícalos, laguneros, ratoneros y milanos negros; se podría armar una gorda. Aprovecho el desconcierto de la rapaz para las fotos. Si continuara con la imitación, el búho real pegaría su plumaje al cuerpo, desplegaría su blanco mechón gutural de plumas al ulular y no me quitaría la vista de encima rodeándome mediante vuelos cortos. Aunque las aves le atacaran, él sólo estaría pendiente de mí (como posible competidor). Así es su ardor territorial.
 

Estuvo unos minutos observándome pero, al no continuar la imitación de su canto, se ocultó de nuevo.


Esta es la hembra ocupando su nido. El hallazgo del nido fue casual. Me asomé al pequeño soto con idea de fotografiar paseriformes y me encontré de bruces con ella. Verla en la pantalla de repente, me aceleró el corazón. 
Su estado de ánimo se ve normal; alarma de intensidad media. La abertura media de los ojos denota alerta, sin embargo, por su plumaje ventral con el flanco extendido permanece relajada. Si el plumaje estuviera pegado al cuerpo y los ojos totalmente abiertos sería señal inequívoca de alarma total.
 

Para evitar el mínimo estrés a la rapaz nocturna ubiqué el observatorio (bien escondido) en un lugar muy apartado, cerca de un camino no muy transitado. Y, gracias a la utilidad del telescopio por sus prestaciones, pude ver por primera vez a su descendencia. Como es natural, me recibe alertada; mirada fija y ojos entreabiertos pero el plumaje ahuecado.
 

Apenas un par de minutos bastan para que la atenta madre siga descansando. Solamente hace falta evitar los movimientos bruscos, nada más.
 

Es habitual que la vigilancia de sus pupilos la tenga en vilo por los peligros que acechan. Nunca he visto que, tanto el macho como la hembra, superen los 20 segundos dormitando aún en el más absoluto silencio del paraje de nidificación. 
 

Sus oídos siempre están atentos a cualquier sonido. En esta ocasión, no soy yo quien la alerta, era una pareja con su perro transitando por el camino. Sobre su nido -como he comentado- existe otro camino a cinco escasos metros por donde circulan vehículos a motor como coches, motos y quads; tambien bicicletas, corredores y senderistas. Si, así como os lo cuento. A pesar de todo, la pareja sacó a toda su prole; cuatro criaturas.
 

Con cerca de tres semanas los pollos ya se mueven bastante, y siendo cuatro, mucho más. A partir de esta edad ya quedaron solos en el nido.
En el momento de la foto, venía del observatorio bastante preocupado porque no había visto a ninguno de ellos; siendo cuatro, era difícil de aceptar. Después de acercarme, descubrí lo que podéis ver en la foto. El nido estaba ocupado por 10 conejos (círculo rojo grande), otros dos dispersos y los pollos acomodados en otro lugar de la repisa (círculo amarillo) por falta de espacio. A partir de este día los pollos ya no volvieron al rincón del nido original. Aquel día tocaban a tres piezas por pollo, piezas que no terminaron del todo y que los adultos tuvieron que desalojar del nido por su descomposición.
 

Conejos en el nido.
 

Comprobación de los pollos en su deambular por la repisa para saber su estado. Rara vez se puede sorprender a los pollos; siempre había uno vigilando las espaldas del hermano.
 


Pollo de unas cinco semanas de edad protegido por el hueco del talud y la maraña vegetal. A pesar de la afluencia de gente por la parte superior los pollos estaban bien seguros.


Bueno, los primeros vuelos tuvieron como consecuencia posarse en lugares inadecuados al estar a la vista de potenciales enemigos. Este concretamente, descubrió por primera vez como las gastan los milanos negros Milvus migrans con las rapaces nocturnas.
 

Eran tan violentos los ataques que tuve que quedarme a su lado para evitarlos y darle tiempo al cándido pollo para ocultarse.
 

Los cuatro hermanos funcionaban en dos grupos. Cuando abandonaron definitivamente la repisa buscaron sus propios posaderos para descansar durante el día. El otro ejemplar (no se ve) reposa en el interior del tamariz de la izquierda.
 

Los otros dos hermanos optaron por esta enorme raíz incrustada en el talud al lado del posadero de su progenitor. Se aprecia bastante bien la diferencia de tamaño entre el macho a la izquierda y la hembra a la derecha.
 

Este es el joven búho en el país de las maravillas. A este ejemplar tan confiado alguna mala experiencia le hará recapacitar acerca de descansar en un lugar tan desprotegido. Un adulto con rodaje jamás se expondría con tanto descaro y, menos, dormitando con tanta complacencia. 


Dejo un vídeo donde los pollos más jóvenes, siempre los últimos en ser cebados, aguardan la llegada de sus progenitores con alimento. 
Aunque la calidad no es buena, resulta bastante interesante. 
Su comportamiento no se ve afectado en absoluto.

Se escucha el reclamo de los pollos y, ante la llegada del adulto (macho) éstos intensifican la voz. Cuando uno prende la presa, la protege del hermano emitiendo los chasquidos intimidatorios.




26 comentarios:

  1. Yo desde luego estoy encantadísimo con estos episodios de la vida del búho real, al no estar para nada acostumbrado a ver al gran duque. Por mí que no pare la cosa.
    ¡Saludos!

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    1. Claro, uno cuando abusa de un tema, no sabe si está siendo demasiado repetitivo o si aburre al personal insistiendo con la misma especie.
      Me alegra de verdad que disfrutes con esta maravilla de la naturaleza. Tampoco desdeño al resto de la biodiversidad, faltaría más.

      Saludos

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  2. Te animo a que sigas escribiendo acerca del buho real, es muy interesante lo que cuentas, yo por mi zona por mas que los he buscado no los he encontrado nunca y se que los hay, porque hace un tiempo uno pasó volando delante de mi ventana por la noche.

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    1. Entonces, no pierdas la esperanza que no tardarás en verlo. Ya sabes, horas crepusculares y atardeceres. Ahora, como las noches son largas, se apresuran menos para salir de sus posaderos. Si un día descubres su descansadero, desde distancia y con un telescopio podrás ver, por qué no, lo que no hemos visto los demás.
      Te deseo suerte en tus observaciones y, si son únicas mejor, porque de éste modo, tendremos la ilusión de que nos las muestres.

      Saludos

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    1. Gracias Teresa. Me alegra que estés entre la gran corporación de admiradores del búho real.

      Saludos

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  4. Que gozada, gracias por compartir esta maravilla.
    Un saludo.

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    1. Pues gracias a ti por acompañarnos en esta entrada y disfrutar de ella.

      Saludos

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    1. Quién diría que, prácticamente, llevo toda la vida observando a ésta especie y no me canso nunca.
      Alucino con lo que veo por mi cuenta y, lo que tengo la fortuna de ver en otros blogs.
      Gracias.

      Saludos

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  6. A sensação de poder acompanhar o desenrolar da família de uma espécie tão preciosa como é a do Bubo bubo é muito boa mesmo! Fico imaginando quantos episódios já li sobre ela aqui e o quanto seria interessante poder manusear um livro escrito por você acompanhado de fotografias e desenhos que sei que sabe fazer muito bem.
    (Aliás, é um privilégio frequentar este blog há quase sete anos e poder acompanhar suas maravilhosas vivências... sou muito grata por tudo o que você nos mostra sem desperdício...).
    Me faz muita graça saber que você imita a voz do búho real e este responde imediatamente aos seus reclames. Que maneira mais graciosa de se misturar à natureza...
    Magnífico acompanhamento! Uma família muito bem cuidada! Fotografias bastante nítidas e didaticamente explicadas. (Que bonita mirada se vê numa delas!!!...).
    Parabéns, amigo! Não à toa sou sua fã há tantos anos... ahah...
    Um beijo

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    1. Bueno estimada Teca, tiempo al tiempo...Un libro es algo muy especial y no ha dejado nunca de rondar por mi cabeza. Cada día lo tengo más presente.
      Es una especie que me llena muchas veces que salgo al campo. Cuando voy a los biotopos rocosos me gusta descubrirlo oculto y, también, en invierno poder ver a los treparriscos bajados de las montañas del norte.
      Soy capaz de estar horas delante de un búho real sin inmutarme por el paso del tiempo; completamente embelesado.
      Gracias por tu compañía.

      Besos

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  7. Sigue lloviendo. Cae la tarde sobre el histórico cerro de Alarcos. El gran duque se despereza y comienza su ritual. Su profunda e insistente llamada amorosa se propaga a lo largo y ancho de siembras y baldíos. La ladera rocosa asomada al río guarda impaciente su nido. El sosegado Guadiana es testigo.
    Instalados en los fríos invernales de enero, la soberbia estampa del búho real se recorta sobre su improvisada atalaya, desafiante, ajeno a todo. Poco le importa el continuo trasiego humano, sus molestas máquinas, sus ruidos y destellos, la gélida noche. En la mente del viejo macho sólo cabe una razón. Todo queda relegado, el instinto ciega la necesidad, el tiempo apremia y nada importa. La fina lluvia encharca la voz del rey de la noche. Dos varas de envergadura lo coronan como amo y señor. Vuela majetuoso, vestido de silencio, para anunciar al viento que se desgarra de amor.
    Metidos en plenas nupcias, los búhos reales abandonan su vida discreta para exhibirse sin recato y conquistar a sus damas con sonoros y profundos cantos, que podrían resumirse en una sola sílaba, pero sobrada del mensaje y embrujo que la convierte en una de las manifestaciones más conmovedoras que se pueden escuchar las frías noches de invierno

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    1. Cualquiera que te lea entenderá que eres un apasionado de esta rapaz y, seguramente, ante estas observaciones habrás escogido un buen lugar para poder contemplar el desarrollo de la escena con todo el tiempo disponible del mundo. Seguramente, en ese momento, toda tu vida se concentraba en esa incipiente historia de amor.
      Muy sentida por tu parte esta vivencia tan expresivamente narrada.

      Saludos

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  8. Maravilloso. Me encanta como relatas tus peripecias. Es increíble como los animales sacan adelante a sus crías. Una maravilla de la naturaleza.
    Un abrazo.

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    1. Me alegra y me anima que te llenen estas historias, a veces, tan herméticas por su efectivo mimetismo.

      Un abrazo

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  9. Una auténtica gozada leer tus relatos y ver tus fotos y video de esta familia de búhos reales y más sabiendo que esta vez todo ha salido perfecto y la naturaleza cuenta con otros nuevos vástagos de esta sorprendente especie.
    Saludos

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    1. Bueno Pini, tu que trabajas en sector de la agricultura, creo, me imagino que estarás satisfecho con las garantías del búho real frente a las especies tan prolíficas como el conejo. Además, el macho, al ser más pequeño consume muchos micromamíferos. Es tan útil como cárabos y búhos chicos en este tipo de presas.

      Saludos

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  10. De aburrir, nada; de aprender leyéndote, mucho. Es un privilegio tener acceso a la cultura impartida por un experto de forma tan amena. Gracias por seguir haciéndolo.
    Un abrazo.

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    1. Bueno, tan sólo trato de montar una breve historia del animal en cuestión tratando de sacar lo más curioso de estos encuentros. De todos modos, no os podéis imaginar lo gratificante que es leeros. De nos ser por vosotros, por vagancia, hubiera dejado hace tiempo el blog. Claro, de todos modos, si no hay nadie a quien contar estas cosas, nada de esto tiene razón de ser.
      Gracias.

      Un abrazo

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  11. Uno jamas se cansa de ver y de leer sobre animales tan bonitos, porque mira que son bonitos, por dios! Impresionantes! sobre todo me han maravillado la cuarta y la quinta foto, que belleza fundida con su entorno, que mirada aguda e inquisitiva! Y tus seguimientos y la información que proporcionas, tan interesante! que paciencia y que cariño y que conocimiento demuestras...me repito? me tengo que repetir: que maravilla, que bonito!
    Un abrazo, Javier.
    Anonima Eve.

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    1. Si que son bonitos, si...Es algo tan especial que no me deja espacio para otra cosa cuando salgo al monte.
      Es el macho el que te maravilla, además, sale predispuesto, como diciendo ¿decías algo, te diriges a mí...?
      Es increíble esta especie, no tengo palabras.
      Me satisface mucho que te guste esta rapaz así como la sensación que te ha dejado la entrada.
      Es indescriptible la biodiversidad de este planeta, mires a la criatura que mires, todas tienen algo que contarte.
      Creo que nos repetimos pero, es lo mejor que podemos hacer...sentir la vida.

      Un abrazo

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  12. No sé los demás, pero yo no me canso de leer tus historias, ya sea sobre estos bellos animales o sobre otros. Me fascina la paciencia que transmiten tus palabras, es posible entrever las horas dedicadas a esta pasión.

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    1. Ya sabes que sarna con gusto no pica y, el tiempo pasa y pasa a la búsqueda de nuevas aventuras con esta interesante rapaz, al igual que otras tantas especies que permitan su observación.

      Saludos

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