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viernes, 25 de septiembre de 2020

Ratonero pardo (Myotis emarginatus)



El hueco del túnel y aliviadero del barranco bajo la carretera es amplio, se puede transitar sin dificultad. Es un buen punto para ubicar la vídeo-cámara y comprobar qué criaturas lo utilizan y se aprovechan de él.
Hay una pequeña fisura en lo alto del arqueado techo donde se oculta un murciélago. Está solo, pero, al parecer, bastante cómodo habitando su morada. Es un ratonero pardo Myotis emarginatus. Con toda precaución, utilizando una luz tamizada no muy violenta, hago unas fotos de la especie, pocas para no agobiarla.

El borde exterior de las orejas presenta una profunda escotadura, característica de Myotis emarginatus.


Su tamaño es mediano y el peso normal entre 6 y 9 gramos (máx. 15) y una envergadura de 220 a 245 mm. Tiene un pelaje largo, de aspecto lanoso y de un color pardo rojizo en la zona dorsal, mas claro 
(pajizo) en la ventral.
 
Se distribuye en el centro y sur de Europa, en casi toda la geografía peninsular española.
Especie termófila, en el norte vive preferentemente en las casas y en el sur de refugia tanto en construcciones humanas como en cuevas; habita en las llanuras y en las partes más bajas de las montañas, tanto en lugares con parques, jardines y agua como en las regiones calizas; en las montañas se le ha observado hasta 1000 metros de altitud.
 
Los refugios estivales (parideras) se localizan en buhardillas cálidas (36º- 40º C ). Los animales se cuelgan de las viguetas  del techo o del lomo del tejado, en los países del sur de Europa suelen vivir en cuevas y también galerías subterráneas.
 
Los refugios hibernales suelen ser cuevas, galerías subterráneas y sótanos; la temperatura es de 6º- 9º C, pocas veces inferior. Suele colgar de las paredes o del techo, y pocas veces de las grietas o en grupos.
La hibernación tiene lugar de octubre a marzo/abril. En España dicho periodo de letargo es más reducido.


Los excrementos bajo el cobijo del ratonero pardo revelan su alimentación exclusiva de invertebrados.
 
Su edad máxima reconocida es de 16 años, la media de 2´8 a 3´5 años.
 
Emprende el vuelo cuando empieza a oscurecer. Caza a 1-5 metros de altura. El vuelo es ágil y también puede cazar sobre el agua.
Se alimenta principalmente a base de arañas, aunque también algunas veces caza dípteros, como por ejemplo mosquitos, así como mariposas y orugas. Al parecer, las presas también pueden ser capturadas en las ramas de los árboles o en el suelo.


Los opiliones son artrópodos que comparten la oscuridad y tranquilidad de lugares umbríos con los murciélagos. Carecen de veneno y de seda. Se alimentan de otros pequeños animales tanto vivos como muertos.

A pesar de sus patas sensoriales, indicadoras de todo tipo de información y peligro inminente, no le ha servido para nada ante una araña de galería con su tela bien camuflada.

Paso del zorro en el túnel 

En el vídeo se observa a un zorro Vulpes vulpes (posiblemente una hembra con cachorros) que deposita momentáneamente un micromamífero del tamaño de un topillo y, lo vuelve a coger. Está receloso. Cuando lo coge, se acerca a cámara y nota el olor humano por lo que acelera la marcha.

Otro zorro camina en dirección contraria. Podemos apreciar un pelaje deficiente. 

De nuevo, la posible progenitora pasa de nuevo, tal vez con un gazapo entre las fauces. Apenas se aprecia cuando sale al exterior. 

Precavido y protegido por un mar de piedras arrastradas por las riadas, el pequeño ratón de campo Apodemus sylvaticus asoma levemente en un pequeño tramo. Razones tiene, ya que la garduña Martes foina busca para alimentarse protagonistas como él en un descuido.

                             


Fuentes consultadas:

Murciélagos de Europa; Omega, Dietz, kiefer.
Murciélagos de España y Europa; Omega, Wifried Schober, Eckard Grimmberger.
Insectos de Europa; Omega, Michael Chinery.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Musarañas; comedoras pero no comidas


Musaraña común (Crocidura russula) buscando alimento en el mes de Diciembre. Pelegrina (Guadalajara)
 
Las musarañas pertenecen a la familia de los sorícidos, micromamíferos con un desarrolladísimo olfato pero, con una capacidad visiual muy mermada. Nada tienen que ver con ratones, ratas y topillos ya que son insectivoras, por lo tanto, emparentan con erizos y topos de similar alimentación. Debido a su voracidad acusada por un metabolismo muy acelerado, pueden incluso, dar muerte a vertebrados como ranas, lagartijas o ratones; éstos últimos por su tamaño, serían consumidos parcialmente. La prisa programada por la necesidad imperiosa de hallar alimento, hace latir su corazón entre 700 y 1200 veces por minuto, capaz de aguantar el ritmo tan acelerado que supone alimentarse de forma constante. Unas pocas horas sin comer les supondría a muchas especies de musarañas una muerte segura. Por ello, las prisas convierten a estos microinsectívoros en víctimas fáciles para determinados predadores, ya que han de bajar la guardia arriesgándose a ser vistas en sus precipitadas incursiones camperas.

Me fastidia bastante encontrar más musarañas muertas que vivas. Muchas de ellas, son presa de predadores que las capturan y abandonan seguidamente debido a su mal sabor. Ello es debido a unas glándulas situadas a ambos lados del cuerpo, productoras de una secreción almizcleña insoportable al paladar. No parece afectar a las rapaces nocturnas, destacando la lechuza, que no desdeña ningún micromamífero. 


Pero, ¿qué supone para las musarañas librarse del predador después de muertas? Para la opinión científica, es el mensaje inolvidable del desagradable recuerdo que dejan a su enemigo. Es probable, que sean confundidas con roedores, sin embargo, el carnívoro que haya probado una musaraña, no repetirá fácilmente el error de capturar a otras de su especie. Teoricamente, supone una ventaja para la estabilidad poblacional de estos sorícidos.
La Ley de Murphy es caprichosa. No sabremos nunca si el predador, acaso frustrado por el insoportable regusto de la presa, no sólo acabara con su vida, sino que sumara perversamente la mala idea de vaciar sus intestinos sobre el cuerpo de la víctima.




Musaraña común (Crocidura russula) abandonada por un predador a un lado del sendero hacia el pueblo de Calmarza (Zaragoza). El excremento podría pertenecer a una garduña.



lunes, 10 de agosto de 2009

Comiendo con la musaraña.


Todos los bocadillos de tortilla de patata, tienen un problema en común, y la mayoría de las veces irritante. Aunque trates de partirlo o, sujetarlo con toda la amplitud de tus zarpas, siempre hay un trozo que cae al suelo (juramento).
Pero… la tortilla también activa la colaboración con el naturalista y, habiéndome sentado sobre un vetusto tronco con idea de almorzar, cayeron puntuales los susodichos trozos desprendidos del bocadillo. Apenas fijé la mirada en ellos, cuando un intermitente crujido generado bajo las hojas secas de los gigantescos plátanos, centró mi atención. He de confesar que, la tortilla también contenía algo de atún, y seguramente estimuló a éste corredor del oculto y enmarañado pasadizo. Cesó el ruido, y asomó un afilado hocico que vibraba en todas las direcciones, como la horquilla del avellano al descubrir el líquido elemento. Detectado el cuadrante de interés acudió raudo, de nuevo, bajo la protección de la hojarasca, y trincando el producto, desapareció.
Yo, personalmente, si es grande no lo perdono. Se revisa, se sopla y para dentro. Si cruje; el soplo ha sido insuficiente.

Después de repetir la operación dos veces, la tercera; consumió el alimento a 30cm de mis botas, y yo quietecito, sin perder ni un detalle, acompañado de una atrevida musaraña común (Crocidura russula).

Por cierto, es de los animales más groseros comiendo. No me niego a compartir comedor con criaturas de otra especie, entre otras cosas, por no discriminarlas, pero hacen mucho ruido al masticar y van perdiendo la comida por ambas comisuras.
Conclusión: musaraña, explícame cómo haces provocando semejante escandalera bajo el tapiz de hojas secas, para librarte de las rapaces nocturnas o, de cualquier depredador.

Las musarañas, son mamíferos de metabolismo muy acelerado, capaces de ingerir su propio peso cada día a base de invertebrados de los que se alimenta. Ésta peculiaridad depredadora le permite desarrollar continuados esfuerzos.