miércoles, 16 de enero de 2013

Pardal; el gorrión brasileiro




El pardal (Passer domésticus) es originario de Oriente Medio. Comenzó su dispersión a través de Europa y Asia, llegando a América alrededor de 1850. Se calcula que pudo llegar a Brasil alrededor de 1903, cuando el entonces alcalde de Río de Janeiro Pereira Pasos autorizó la suelta de este pájaro proveniente de Portugal.
Hoy se distribuye prácticamente por casi todos los países del mundo, considerándose una especie exótica y bioinvasora.  

 

Me había sentado en un banco, el único banco a la sombra de todo el parque del caluroso febrero estival brasileño. El calor era similar al de una piscina repleta de brasas, no apto para un baño. Desde allí sorprendí a la inagotable pareja de pardales o gorriones trasegando frente a mí con comida para sus pollos. Casi entre ceba y ceba, un momento de descanso bajo la sombra les otorgaba una pequeña tregua entre el acarreo incesante de alimento. Fue tal la angustia que me produjeron que, seguidamente, abandoné el banco por no entorpecerles lo más mínimo; en fin, abandonar la sombra fue como tirarme de lleno a la piscina.

 
 

Las plumas totálmente pegadas al cuerpo expulsan el contenido de aire aislante para conseguir la máxima refrigeración de esta hembra de gorrión brasileño (el calor que soportaban se manifiesta sobradamente en esta imágen).
 
Las plumas como los pelos conducen mal el calor, por ello, se consideran elementos atérmicos estableciendo entre la piel y el medio ambiente una efectiva barrera que sirve a las aves para mantener la temperatura media normal de su cuerpo (38º a 45 º). Aumentan o disminuyen la retención del aire contenido en el plumaje dependiendo de su necesidad aislante mediante el cierre o el ahuecamiento del mismo. Dicho plumaje tiene la función específica de termorregulación, que es vital para el ave. Esta propiedad le defiende de los cambios térmicos exteriores manteniendo una temperatura constante.

 

Con el plumaje semiahuecado, la cámara de aire se ajusta a un día fresco en la primavera de esta hembra de gorrión español.

“La mañana de Santiago está nublada de blanco y gris, como guardada en algodón. Todos se han ido a misa. Nos hemos quedado en el jardín los gorriones, Platero y yo.
¡Los gorriones! Bajo las redondas nubes, que, a veces, llueven unas gotas finas, ¡cómo entran y salen en la enredadera, cómo chillan, cómo se cogen de los picos! Este cae sobre una rama, se va y la deja temblando; el otro se bebe un poquito de cielo en un charquillo del brocal del pozo; aquél ha saltado al tejadillo del alpende, lleno de flores casi secas, que el día pardo aviva”.

(LXIII) De Platero y yo; extracto.  
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Algo similar a Juan R. Jiménez me ocurre cuando fuera de España topo con el eterno gorrión, pájaro de compañía allá donde vaya, criatura añorable por rondadora, capaz de arrancar una leve sonrisa de complicidad en mis paseos. Muchas veces, coincido con éste oportunista taimado mientras espera paciente la porción de migajas, su porción.

14 comentarios:

  1. Quando espero o ônibus para ir ao trabalho de manhã, eles estão lá...
    Quando vou dar uma volta no parque, eles estão lá...
    Quando vou ao restaurante aos domingos, eles estão lá...
    Fazem parte do meu diário, enriquecem a minha vida... ciscam migalhas e alegrias... sou muito agradecida por ter eles por perto...
    E como você mesmo diz... vivem "roubando" um sorriso de mim...

    Abraço...

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  2. Son encantadores estos pequeños, no entiendo que en ningún lugar los puedan considerar dañinos. Ahora en las frías mañanas son de los pocos pájaros urbanos que se muestran activos alegrando los amaneceres invernales.

    Un saludo

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  3. En el ciprés de mi patio duerme una bandada de gorriones. A veces se esconden en las madreselvas, con sus gorjeos y revoloteos... y lo llenan todo de mierda.

    Pero les quiero igual.



    Tus entradas sobre Brasil me encantan... son tan exóticas. Sobre todo cuando hablas de gorriones. Jaja, es broma. Pero te comprendo cuando hablas de ellos.
    Un saludo, Javiercoatlus.

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  4. Me encantan los gorriones, pequeñinos e inquietos, es muy curioso ver como se comportan y el hambre que tienen siempre.
    Últimamente parecía que iban desapareciendo pero esta temporada se vuelven a ver en gran cantidad.

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  5. Sin duda, es una especie que ha sabido adaptarse a todos los hábitats y se ha extendido por todo el planeta.
    Un ganador nato.Es lógico que despierte simpatía entre los amantes de las aves, como cualquier otra especie; pero os puedo asegurar que entre los agricultores y en el medio rural, no despierta muchas simpatías, pues aunque a algunos les extrañe, en algunos lugres es una plaga y, como todas las plagas, dañinos.
    Saludos

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  6. Admiro su capacidad de adaptación, los hay en todos los lugares, son inquietos y consiguen comida siempre, cuando se juntan en un árbol preparan un jaleo impresionante, no sé como se las arreglan pero se organizan para estar juntos en aquellos árboles que en invierno ofrecen mejor temperatura y han conseguido mantener sus hojas.
    Un abrazo.

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  7. Tienen un encanto especial, parece que derramaran alegría en todo momento. Viviendo en Catalunya (en Coma-Ruga del Vendrell) se instaló una "pajarita" (empollaba sus huevitos por eso supimos el sexo)en el entretecho de la casa. Me hice tan amiga de ella, que abría las ventanas de mi casa, la llamaba y venía enseguida, se ponía sobre la barandilla, muy cerca mío, y yo lo tiraba miguitas, era tanta la amistad, que muchas veces entró a la casa y me llamaba...(caminando por el piso) Fue una amistad increíble. Hasta que un día, dejó de venir... fueron unos 6 años, tal vez murió de viejita... (y siempre la echo de menos)La amistad con un animalito es algo que no se puede describir, ni olvidar. Saludos !

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  8. Creo que mi comentario de ayer se ha perdido por algún roto de la red.
    Solamente comentaba que la gorriona con los muslillos fuera por tener las plumas tan pegadas al cuerpo está muy graciosa. Todo un contraste con los gorriones que esperan que ponga algo en el comedero de casa, echos una bola por el frío.
    Saludos.

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  9. - teca: parece como se fosse o pássaro por excelencia capaz de nos fazer atesorar nostálgicos, as lembranças de nosso país na distância.
    É o pássaro dos parques e restaurantes, que melhor lugar para passar no dia para um gorrión.

    Um abraço…


    - Pedro L.: algunos agricultores no los soportan por sus incesantes visitas a sus almacenes de grano pero, tampoco se han molestado en observar la cantidad desorbitada de insectos que son capaces de consumir durante las tres o cuatro puestas al año que realizan con su respectiva descendencia, la cual, comerá muchos insectos, sin embargo, no toda llegará a comer el grano del agricultor.

    Saludos.


    - Guillermo: jaja, el otro día se cagaron en mi furgoneta unas torcaces (por el tamaño y contenido de las toñas) y, para quitar los pegotes, casi tengo que utilizar cortafríos y maceta.

    Sabía que te gustaría el exotismo del gorrión en Brasil, que cosas, el gorrión ave exótica en un país de enorme biodiversidad ornitológica.
    No te extrañe la sensación que me provoca este pájaro cuando estoy lejos de mi país, parece el encuentro con un viejo conocido de toda la vida.
    Cuídate Guillermegalosaurus.

    Saludos.


    - Leodegundia: como todos los pajarillos, durante el invierno, se dispersan al no tener otra labor que la de alimentarse en una época en la que escasea la fuente de alimento.

    Saludos.

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  10. - Pini: bueno, como comentaba a Pedro habría que estimar mediante algún concienzudo estudio el efecto causado por su alimentación entomófaga durante la época reproductora y, la granívora durante su alimentación invernal. De este modo, se haría justicia no olvidando los beneficios proporcionados por este pájaro al librarnos de muchos insectos.

    Saludos.


    - Valverde: ahora que comentas sobre los gorriones y las algarabías que forman antes de dormir y al despertar, recuerdo como una helada mañana en la avenida de un pueblo, los gorriones despertaban ruidosos y, un esmerejón, atravesó en picado el árbol desnudo entre luces de farolas y capturó un gorrión, el resto, creo que no lo advirtió.

    Saludos.


    - Mabel: vaya, yo de crío iba allí de veraneo cuando nos llevaba el colegio una semana de colonias, creo que así lo llamaban.
    Me recuerda tu historia con el pajarillo a una que comenté en una entrada sobre una diminuta tórtola en Brasil; el hombre, pacientemente las alimentaba y ellas, confiadas, acabaron entrando en su oficina.

    Saludos.


    - Jesús: el conjunto de detalles de la gorriona para librarse del calor, entre ellos, el de los muslos como comentas, las alas ahuecadas y el jadeo constante, eran matices indirectos de la entrada. Me hubiera faltado la imagen de uno de tus gorriones de la sierra para contrastar.

    Saludos.

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  11. Sí que tienen pinta de pasar calor, y si encima dices que no paran quietos...

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  12. Les pilló un buen día de calor a los pobres. No quiero pensar lo que pasarían los pollos.

    Saludos.

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  13. No cabe duda de que, aquellos gurriatos de nuestra infancia,constituyeron nuestros primeros modelos a la hora de iniciarnos en el apasionante mundo de la contemplación de las aves.Por tal razón y
    a pesar de tenerlos muy vistos,les sigo profesando una estima casi reverencial.
    Por cierto;el otro día vi uno semi-albino picoteando un mendrugo de pan, que alguien había tirado en la acera de mi calle.

    SALUDOS

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  14. Recuerdo hace algunos años, ver como una hembra de gorrión común en un día de mucho calor, transportada con el pico una de sus pequeñas crías muerta y la depositaba con cuidado sobre un pequeño tejadillo.
    Es un detalle muy interesante saber cómo ocurre este tipo de comportamiento en vivo.

    Saludos.

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